A día de hoy todos sabemos que en el tema de lucha
antiterrorista la preparación y la experiencia evitan atentados.
Pero surge una
pregunta:
¿Qué sucede cuando en una
situación de alerta que se prolonga en el tiempo no ocurre ningún atentado terrorista?.
Pongo como
ejemplo el juego del escondite, entre otras cosas porque todos hemos jugado, al
menos eso creo.
Imaginemos que
hay dos personas jugando a esconderse “A” se esconde y “B” lo busca.
¿Quién estará más alerta de los dos?.
Pues según el momento uno u otro estará más alerta y cambiará según las circunstancias.
El nivel de
alerta de “A” será más bajo si “B” se aleja de la zona donde está, por contra “B” estará alerta los
primeros minutos pero su capacidad de atención disminuirá a medida que el tiempo pase.
En los niveles
de alerta antiterrorista ocurre algo parecido al ejemplo anterior y en sentido
inverso entre unos y otros.
Fijando los
niveles de alertas de 1 a 3 nos podríamos encontrar
los siguientes supuestos:
Policías:
Nivel de alerta
3 Cuando ha habido un atentado o saben que puede ocurrir de forma inminente.
Nivel de alerta
2 Cuando lo que iba a pasar no ha pasado en el momento o tiempo estipulado pero
puede pasar en un tiempo futuro inmediato.
Nivel de alerta
1 Cuando se descarta que lo que iba a pasar, no va a suceder.
Terroristas:
Nivel de alerta
1 Cuando saben que no se sospecha de ellos y que la policía está en alerta 3 (en
este ejemplo).
Nivel de alerta
2 Cuando comienzan a planear un atentado y saben que la policía sigue sin sospechar de ellos.
Nivel de alerta
3 Cuando entran en la fase de acción, es decir, están en máxima alerta
tomando todo tipo de precauciones aunque sepa que la policía no sospechen de ellos.
Por razones
obvias no voy a poner los elementos de alertas en los que se basa la policía, pero si expondré los elementos que usan los
terroristas para no levantar sospechas en la policía.
En el
terrorismo yihadista podemos encontrar dos grupos a tener en cuenta, los mal
llamados lobos solitarios y las células durmientes.
Las diferencias
entre unos y otros son enormes, pero me centraré solo en un grupo, ya que los lobos solitarios, radicalizados
por internet no suelen tener preparación militar alguna y suelen improvisar a
la hora de atentar. No hay planificación ni logística. En cambio las células durmientes son grupos entrenados y esperan el
momento adecuado para actuar, bajo una logística y una
planificación que roza lo militar.
Centrándonos en el segundo grupo, nos sirve el ejemplo de
alerta que he expuesto con anterioridad.
En el nivel 1 y
mientras la policía está en nivel 3 (siempre bajo el ejemplo que he puesto de
alertas) los componentes de la células actuarán normalmente,
se harán pasar por occidentales o
por estar totalmente integrado en la sociedad occidental.
Cuando pasan al
nivel 2, es decir, cuando comienzan a planear un atentado, cambiarán en relación del modo de alerta de la policía. Si la policía está en un nivel alto de alerta evitarán exponerse o llamar la atención, incluso pensarán retrasar la comisión del atentado. Si la policía pasa a un nivel medio de alerta, ellos seguirán con sus planes pero evitando frecuentar los puntos
donde pueden alertar a la policía, conformarán lo que se llama servicio de contravigilancia, es
decir, tomarán precauciones por si son
seguidos, observados, etc…
Si la policía baja su nivel de alerta al modo más bajo, pasarán a la fase de
vigilancia de manera que puedan acelerar el proceso y terminar lo antes posible
para evitar exponerse en demasía.
El incrementar
un nivel de alerta o no por parte de la policía
hará que la forma de actuar de
los terroristas cambie.
Pero esto es a
nivel grupal y cuando es anunciado por los medios de comunicación, pero a nivel
individual ¿cómo se actúa? ¿cómo se mantiene el nivel de alerta activo?
A veces vemos a
los profesionales de la seguridad (pública o
privada) en una situación de extrema relajación según nuestra percepción, pero no es así y menos en situaciones que pueden ser delicadas por
el momento o el lugar.
En la lucha
antiterrorista el entrenamiento es la pieza fundamental y nuestra policía es una de las mejores. Un entrenamiento crea una
disciplina específica y esta
disciplina activa la memoria inconsciente o procedimental lo cual es una memoria automatizada.
Es decir,
aunque parezca que está relajado, su
nivel de alerta es alto. Y esto es en base al entrenamiento específico que ha recibido.
Por contra, los
terroristas bien hayan entrenado en campo de batallas o hayan sido adiestrados
para algo en concreto, sus niveles de alertas oscilarán en función de la fase en que se encuentre y de la
alerta policial si esta procede, lo que conlleva el cometer fallos.
En el atentado
del 17/08/17 en Barcelona, manteniendo mi hipótesis de que quienes iban a
perpetrar el atentado con el camión se marcharon al encontrarse con el fallo
del alquiler del camión y quienes perpetraron el atentado eran gente sin idea,
ellos improvisaron según iban
surgiendo las diferentes circunstancias y ayudado por la relajación de ciertos
políticos al no colocar las
toperas de hormigón.
Se hizo lo
contrario de lo que marca la inteligencia antiterrorista. Se ayudó a que tuvieran un lugar idóneo para atentar.
¿Qué hubiera pasado si los que
atentaron hubiesen sido realmente un grupo bien entrenado?. ¿Cuántas vidas humanas se hubieran perdido?
A modo de conclusión muchas veces el verdadero peligro de la llamada
relajación, viene por parte de personas que ostentan el poder pero que no
tienen ni idea de seguridad. Lo vemos en decisiones políticas
como la del atentado de Barcelona, lo vemos en la vida cotidiana con empresas
que contratan a personal no habilitado para ejercer la seguridad y luego se
lamentan que cuando sucede cualquier altercado, ese personal no sabe como
responder adecuadamente.