jueves, 26 de diciembre de 2019

La Voluntad de Lucha VS Capacidad Económica y Tecnológica de los Beligerantes (Por Francisco Gozategui)




A lo largo de la historia, la duración de los conflictos ha estado condicionada principalmente por la voluntad de lucha de los beligerantes. Sin embargo, en la actualidad la capacidad económica y tecnológica ha jugado un papel fundamental en la duración y extensión de estos. A ello se suman conceptos que, aunque antiguos, han tenido gran preponderancia en los conflictos modernos como por ejemplo la Guerra de Maniobras. La principal interrogante es ¿estos dos últimos aspectos han desplazado al primero? Para dar respuesta a ello se expondrán inicialmente algunos conceptos que a juicio del autor son fundamentales, continuando con un breve análisis de guerras llevadas a cabo en la actualidad, terminando con las conclusiones. 


II. DESARROLLO. Tomando la definición de Clausewitz contenida en la publicación del Vicealmirante de la Marina Chilena Horacio Justiniano “Estrategia Naval, Conceptos Estratégicos Fundamentales” (1999) es posible establecer que: "La guerra es la continuación de la política por otros medios; es un acto de fuerza para imponer nuestra voluntad al adversario” (p.1). En base a lo anterior, la guerra consiste en una lucha de voluntades. Los beligerantes intentarán, por medio de la fuerza, imponer su voluntad por sobre la del adversario. Ahora bien, en los últimos acontecimientos bélicos ha adquirido especial importancia el concepto de Guerra de Maniobras el que, en términos sencillos, es una forma de combate que busca desafiar voluntades, destruyendo la capacidad de lucha y cohesión de enemigo, mediante acciones rápidas y violentas. En otras palabras, se busca la destrucción o neutralización del enemigo empleando una maniobra que no sea directa, sino más bien una acción que produzca tal confusión que su voluntad de lucha se vea quebrantada. Pero ¿por qué se le da tal importancia al concepto de “¿Voluntad del enemigo”, o voluntad de lucha? Tal vez porque a pesar de lo poderoso que pueda ser un país, desde el punto de vista tecnológico o económico, cuando se enfrenta a un enemigo con una alta moral y voluntad, esta superioridad no será la decisiva al momento de proyectar la duración de un conflicto. Es decir, mientras un beligerante, por débil que sea económica o tecnológicamente hablando, tenga una alta moral y una voluntad de lucha intacta, hará todo lo posible por resistir y lograr su objetivo ante una potencia bélica; la historia reciente puede confirmar lo anterior. Para ello se expondrán 2 dos conflictos recientes que demuestran que los avances económicos y tecnológicos no pueden desplazar la voluntad de lucha a la hora de establecer la duración de un conflicto. 

GUERRA DE AFGANISTAN (1978-1992). Esta guerra, desarrollada durante la Guerra Fría, tuvo una duración de 14 años. Se enfrentaron las fuerzas armadas de la República Democrática de Afganistán, apoyadas por la Unión Soviética, contra los muyahidines (guerrilleros islámicos). Por su extensión y características, este conflicto es considerado el “Vietnam” de la URSS. En el año 1978 tuvo lugar una revolución que terminó con la instauración de un régimen socialista, el que se vio desestabilizado por los guerreros muyahidines, contrarios al régimen. Ante este evento, el gobierno socialista solicitó la ayuda y cooperación de la URSS. Los soviéticos desplegaron todo su potencial bélico en el país, con el objeto de aplacar a los grupos de guerrilleros muyahidines. Se estima que más de 100.000 efectivos fueron desplegados por los soviéticos. A pesar de ser enormemente superiores en cuanto a economía, tecnología y potencial bélico, los esfuerzos soviéticos fueron estériles, debiendo retirarse en 1989, previo a la caída de la URSS. Los muyahidines, se habían embarcado en una larga campaña contra las poderosas fuerzas afgano-soviéticas. Estos grupos, sin contar con el potencial de sus adversarios, mantuvieron su voluntad de lucha intacta, así como su objeto y objetivos claros, lo que permitió resistir y derrocar finalmente al régimen socialista en el año 1992, cuando los soviéticos ya se habían retirado del país. Es importante considerar que los muyahidines recibieron, secretamente, el apoyo de Estados Unidos y otros países. 





GUERRA DE VIETNAM (1955-1975) Esta Guerra, de más de 20 años de duración, fue librada debido a la intención de Vietnam del Norte de unificarse, por la fuerza, con Vietnam del Sur y establecer un Estado Comunista. Involucró la intervención de Estados Unidos, potencia del bloque occidental, en apoyo a Vietnam del Sur con el objeto de evitar la reunificación. Por su parte, Vietnam del Norte y el vietcong, recibieron el apoyo de los países del bloque comunista (URSS y China), aunque sin involucrarse estos últimos directamente en el conflicto. Nuevamente una potencia tremendamente desarrollada desde el punto de vista tecnológico, económico y bélico no fue capaz de doblegar a un enemigo aparentemente muy inferior. La voluntad de lucha de Vietnam del Norte y del vietcong fue el que determinó la duración del conflicto y la consecución de su objetivo. Estados Unidos, muy poderoso, debió conformarse con retirar a sus tropas definitivamente en el año 1975, no solo porque no pudo quebrantar la voluntad de su enemigo, sino porque éste adicionalmente había aplicado una maniobra exterior exitosa, afectando el Campo de Acción Interno en USA, donde la opinión pública condenaba categóricamente la participación americana en el sudeste asiático. 

III. CONCLUSIONES. 1. La Guerra es un enfrentamiento de voluntades. Los beligerantes, en la búsqueda de sus objetivos, buscarán someter la voluntad adversaria a través de la iniciativa y la libertad de acción. 2. En esta búsqueda de someter al adversario, de nada servirá ser económica y tecnológicamente superior, si no se efectúa una maniobra que permita, en definitiva, quebrar su voluntad y cohesión. 3. Los ejemplos expuestos (Afganistán y Vietnam), permiten confirmar que la voluntad de lucha es la que determinará a todas luces la duración de un conflicto. En ellos, se enfrentaron “David contra Goliat”, es decir un beligerante muy poderoso en cuanto a medios, contra uno más débil, pero con una alta moral, cohesión y voluntad de lucha, lo que en definitiva explica la duración de estos.