A lo largo de la historia, la duración de los conflictos ha estado condicionada
principalmente por la voluntad de lucha de los beligerantes. Sin embargo, en la
actualidad la capacidad económica y tecnológica ha jugado un papel fundamental en
la duración y extensión de estos. A ello se suman conceptos que, aunque antiguos,
han tenido gran preponderancia en los conflictos modernos como por ejemplo la
Guerra de Maniobras. La principal interrogante es ¿estos dos últimos aspectos han
desplazado al primero? Para dar respuesta a ello se expondrán inicialmente algunos
conceptos que a juicio del autor son fundamentales, continuando con un breve
análisis de guerras llevadas a cabo en la actualidad, terminando con las conclusiones.
II. DESARROLLO.
Tomando la definición de Clausewitz contenida en la publicación del Vicealmirante
de la Marina Chilena Horacio Justiniano “Estrategia Naval, Conceptos Estratégicos
Fundamentales” (1999) es posible establecer que: "La guerra es la continuación de
la política por otros medios; es un acto de fuerza para imponer nuestra voluntad al
adversario” (p.1). En base a lo anterior, la guerra consiste en una lucha de
voluntades. Los beligerantes intentarán, por medio de la fuerza, imponer su voluntad
por sobre la del adversario.
Ahora bien, en los últimos acontecimientos bélicos ha adquirido especial
importancia el concepto de Guerra de Maniobras el que, en términos sencillos, es
una forma de combate que busca desafiar voluntades, destruyendo la capacidad de
lucha y cohesión de enemigo, mediante acciones rápidas y violentas. En otras
palabras, se busca la destrucción o neutralización del enemigo empleando una
maniobra que no sea directa, sino más bien una acción que produzca tal confusión
que su voluntad de lucha se vea quebrantada.
Pero ¿por qué se le da tal importancia al concepto de “¿Voluntad del enemigo”, o
voluntad de lucha? Tal vez porque a pesar de lo poderoso que pueda ser un país,
desde el punto de vista tecnológico o económico, cuando se enfrenta a un enemigo
con una alta moral y voluntad, esta superioridad no será la decisiva al momento de
proyectar la duración de un conflicto. Es decir, mientras un beligerante, por débil
que sea económica o tecnológicamente hablando, tenga una alta moral y una
voluntad de lucha intacta, hará todo lo posible por resistir y lograr su objetivo ante
una potencia bélica; la historia reciente puede confirmar lo anterior. Para ello se
expondrán 2 dos conflictos recientes que demuestran que los avances económicos y
tecnológicos no pueden desplazar la voluntad de lucha a la hora de establecer la
duración de un conflicto.
GUERRA DE AFGANISTAN (1978-1992).
Esta guerra, desarrollada durante la Guerra Fría, tuvo una duración de 14 años. Se
enfrentaron las fuerzas armadas de la República Democrática de Afganistán,
apoyadas por la Unión Soviética, contra los muyahidines (guerrilleros islámicos). Por
su extensión y características, este conflicto es considerado el “Vietnam” de la URSS.
En el año 1978 tuvo lugar una revolución que terminó con la instauración de un
régimen socialista, el que se vio desestabilizado por los guerreros muyahidines,
contrarios al régimen. Ante este evento, el gobierno socialista solicitó la ayuda y
cooperación de la URSS. Los soviéticos desplegaron todo su potencial bélico en el
país, con el objeto de aplacar a los grupos de guerrilleros muyahidines. Se estima
que más de 100.000 efectivos fueron desplegados por los soviéticos. A pesar de ser
enormemente superiores en cuanto a economía, tecnología y potencial bélico, los
esfuerzos soviéticos fueron estériles, debiendo retirarse en 1989, previo a la caída
de la URSS. Los muyahidines, se habían embarcado en una larga campaña contra las
poderosas fuerzas afgano-soviéticas. Estos grupos, sin contar con el potencial de sus
adversarios, mantuvieron su voluntad de lucha intacta, así como su objeto y
objetivos claros, lo que permitió resistir y derrocar finalmente al régimen socialista
en el año 1992, cuando los soviéticos ya se habían retirado del país. Es importante
considerar que los muyahidines recibieron, secretamente, el apoyo de Estados
Unidos y otros países.
GUERRA DE VIETNAM (1955-1975)
Esta Guerra, de más de 20 años de duración, fue librada debido a la intención de
Vietnam del Norte de unificarse, por la fuerza, con Vietnam del Sur y establecer un
Estado Comunista. Involucró la intervención de Estados Unidos, potencia del bloque
occidental, en apoyo a Vietnam del Sur con el objeto de evitar la reunificación. Por
su parte, Vietnam del Norte y el vietcong, recibieron el apoyo de los países del bloque
comunista (URSS y China), aunque sin involucrarse estos últimos directamente en el
conflicto. Nuevamente una potencia tremendamente desarrollada desde el punto
de vista tecnológico, económico y bélico no fue capaz de doblegar a un enemigo
aparentemente muy inferior. La voluntad de lucha de Vietnam del Norte y del
vietcong fue el que determinó la duración del conflicto y la consecución de su
objetivo. Estados Unidos, muy poderoso, debió conformarse con retirar a sus tropas
definitivamente en el año 1975, no solo porque no pudo quebrantar la voluntad de
su enemigo, sino porque éste adicionalmente había aplicado una maniobra exterior
exitosa, afectando el Campo de Acción Interno en USA, donde la opinión pública
condenaba categóricamente la participación americana en el sudeste asiático.
III. CONCLUSIONES.
1. La Guerra es un enfrentamiento de voluntades. Los beligerantes, en la búsqueda
de sus objetivos, buscarán someter la voluntad adversaria a través de la iniciativa y
la libertad de acción.
2. En esta búsqueda de someter al adversario, de nada servirá ser económica y
tecnológicamente superior, si no se efectúa una maniobra que permita, en definitiva,
quebrar su voluntad y cohesión.
3. Los ejemplos expuestos (Afganistán y Vietnam), permiten confirmar que la
voluntad de lucha es la que determinará a todas luces la duración de un conflicto. En
ellos, se enfrentaron “David contra Goliat”, es decir un beligerante muy poderoso en
cuanto a medios, contra uno más débil, pero con una alta moral, cohesión y voluntad
de lucha, lo que en definitiva explica la duración de estos.