ANALISTA INVITADO
Francisco Gozategui Milesi
Capitán de Corbeta Infante de Marina (R)
Armada de Chile.
Diplomado Internacional
en Geopolitica , Seguridad y Relaciones Internacionales del Security College US
La
Guerra Fría podría ser definida como un largo periodo de tensión militar,
económica, política y social entre Oriente y Occidente representados por, en
ese tiempo, los dos países más
poderosos del mundo:
la URSS (oriental-comunista) y
Estados Unidos (occidental capitalista) si bien nunca se
materializó un conflicto
directo entre estas dos
superpotencias tal vez por el temor que representaba un enfrentamiento nuclear
, (aunque sí se presentaron conflictos entre los países
integrantes de sus bloques), es posible establecer que repercutió en todo el
orbe. Sudamérica no estuvo ajena.
I.- INTRODUCCIÓN.
La
caída del Muro de Berlín, suceso que
trajo consigo el comienzo del fin de
la Guerra Fría, sin duda produjo cambios sustanciales en las condiciones y
políticas de seguridad en esta parte del
continente americano. Estas nuevas orientaciones pueden ser
interpretadas como una señal positiva en la zona, lo que queda de manifiesto por
los diferentes Tratados, Alianzas y Consejos que surgieron a partir de
1990. El incremento de las medidas de
confianza mutua entre los países
sudamericanos desembocó en
una serie de acciones que
buscaron no solo fortalecer las
relaciones económicas sino
también transparentar asuntos
de defensa, en especial
el gasto militar.
Es
importante conocer cuáles fueron las repercusiones, positivas o negativas, de
esta nueva etapa en las relaciones internacionales entre los países del Cono
Sur por lo que a través de este trabajo se intentará analizar las principales
consecuencias que trajo consigo el fin de la Guerra Fría.
II.
DESARROLLO.
Durante
la Guerra Fría la posición de los países
sudamericanos estuvo alineada, en
su mayoría, con el bloque occidental
liderado por Estados Unidos. A pesar de
ello, este país no prestó
mucha atención a
las condiciones de
seguridad del Cono
Sur ni tampoco
intervino, salvo algunas
excepciones especialmente en el Caribe y
Centro América, como por ejemplo la crisis
de misiles con
Cuba en 1962.
El ocaso de
la Unión Soviética, iniciada
con la caída
del Muro de
Berlín, trajo consigo
la desaparición de
este “enemigo” en
común. El liderazgo
en materias de seguridad que
hasta ese momento había sido ejercido
por Estados Unidos sería asumido ahora por potencias regionales como por
ejemplo Brasil.
El
fin de la Guerra Fría impulsó a los países sudamericanos a intentar crear una
zona pacífica, libre
de conflictos y
con la capacidad
de solucionar sus
con troversias de manera
pacífica. Es así
como antiguas diferencias
e históricas rivalidades
entre países de
la región, surgidas
principalmente por problemas
limítrofes, temas pendientes
en delimi tación de fronteras
y soberanía comienzan
a ser solucionadas
a través del
arbitraje, mediación y negociación. Vale
decir, los conflictos
interestatales, que constituyen
una amenaza convencional, comenzaron a ser cada vez menos
probables gracias a la volunt ad de los países sudamericanos de
arreglar sus controversias
sin necesidad de
llegar a un
conflicto armado.
Coincidentemente
con ello, en el período post Guerra Fría
se iniciaron incipientes esfuerzos para fortalecer las
relaciones, estrechar lazos e impulsar en conjunto la economía regional.
El
Dr. Marco Aurelio Guedes de Oliveira
indica: “El fin de la Guerra Fría
trajo no solo una nueva esperanza para el proyecto de la Unión Europea sino
también para la integración de
Sudamérica. La serie
de acuerdos entre
Brasil y Argentina
pusieron fin a
una disputa regional que
obstaculizaba el comienzo de un fuerte proceso de integración regional”
1.
1 Guedes, M. A., (2014), The European Union and
Post Cold War Defence Policies in South America. The Jean Monnet/Robert Schuman Paper
Series,
14(10), 3.
Este
nuevo espíritu de integración significó la creación de diferentes Alianzas,
Grupos, Tratados y Acuerdos
tanto regionales como
subregionales y el
fortalecimiento de los ya
existentes. Dentro de los principales es posible mencionar:
A.- JID:
La Junta Interamericana de
Defensa, fundada en
1942, constituye la organización regional de defensa más
antigua del mundo. Agrupa a 28 estados miembros y su función principal
es asesorar a la Organización
de Estados Americanos
acerca de temas relacionados con Defensa.
B.- MERCOSUR: El Mercado Común del Sur, fundado
en 1991, agrupa hoy en día a estados miembros, estados asociados y estados
observadores. Orienta sus esfuerzos no solo a la integración económica regional
sino también a la s ocial y cultural.
C.- CMDA:
La Conferencia de
Ministros de Defensa
de las Américas,
cuya primera reunión fue
en 1995, orienta
sus esfuerzos a
fortalecer la confianza
entre los países sudamericanos en materias de defensa y
seguridad.
D.- UNASUR: En 2004 fue creada la Comunidad Suramericana de Naciones,
que en 2007 cambió su denominación a Unión de Naciones Suramericanas. Con una
participación de 12 países miembros
orienta sus esfuerzos a la integración regional y a la consolidación de la identidad
sudamericana.
E.- CDS:
El Consejo de
Defensa Suramericano, creado
el año 2008,
orienta sus esfuerzos a
implementar políticas de defensa en la región en materias de operaciones de
paz, industria, capacitación militar, entre otros.
F.- CELAC:
La Comunidad de
Estados Latinoamericanos y
Caribeños, fundada en 2011,
contiene a los
treinta y tres
países de América
Latina y el
Caribe, siendo su
función principal generar
políticas de consenso
en temas como
el desarrollo social, la
educación, el desarme
nuclear, la agricultura
familiar, la cultura,
las finanzas, la
energía y el
medio ambiente.
Lo mencionado anteriormente deja de manifiesto
que, al analizar los años en que se crearon o fundaron estos tratados, consejos
y acuerdos, el común denominador es que en su mayoría surgieron en el periodo
post Guerra Fría. Sudamérica sintió la necesidad de formar alianzas que
permitieran fomentar el
desarrollo económico regional;
desde el ámbito
de la seguridad y defensa las políticas impulsadas
con estas iniciativas han permitido aumenta r las medidas de confianza mutua, en especial la
transparencia en gasto militar y la no proliferación de energía nuclear como un sistema de armas.
Es
así como el único conflicto armado interestatal de que la región fue testigo
fue el del Cenepa entre Perú y Ecuador,
catalogado como un conflicto “menor”, y que comenzó en 1995 culminando
definitivamente en 1998. Es importante destacar que el Conflicto
del Cenepa fue tratado a
nivel sudamericano, en base a lo establecido en la Conferencia de
Río, la que tiene sus propios mecanismos
para resolver disputas
a través de
la mediación de
los países garantes: Argentina,
Brasil, Chile y
Estados Unidos . Para
ello se desplegó
una misión deObservadores Militares que contribuyó a la
cesación de las hostilidades y a la
separación de las partes en
conflicto, dejando de
manifiesto e l incipiente
interés de continuar
siendo una zona segura y de paz.
Sin
embargo, ¿es Sudamérica efectivamente una zona de paz y libre de amenazas?
Si se analiza el entorno regional es
posible establecer que la proliferación de la corrupción, las crisis económicas, el
actual descontento social
y la pérdida
de confianza de
la población en
las Instituciones han ido creando las condiciones para que
aparezca dos nuevos
fenómenos: los estallidos o
crisis sociales y las amenazas
transnacionales/no convencionales.
Estas últimas se manifiestan
específicamente con actividades ilegales que traspasan las
fronteras de un solo país:
narcotráfico, inmigrantes ilegales,
lavado de dinero,
secuestros, terrorismo, minería
ilegal y criminal, trata y
tráfico de personas, acciones
desestabilizadoras, entre otros. El
largo conflicto interno
experimentado en Colombia
es la principal
muestra de lo
mencionado, ya que
si bien algunos
de los Grupos
Armados Ilegales lo
que persiguen (o
perseguían) son objetivos
políticos, los medios
que emplean para
alcanzarlos involucran estas
actividades ilegales.
III.- CONCLUSIÓN.
A.- Las
políticas económicas y de defensa
implementadas a contar
de 1990, complementadas con
las ya existentes,
fortalecieron la integración regional. El
Cono Sur ha constituido un
fuerte bloque económico
con alianzas y tratados que
han impulsado la cooperación y asistencia en este tema.
B.- Desde el punto
de vista seguridad
y defensa, la
política de arreglo
pacífico de controversias constituyó
una solución eficiente
a diferencias interestatales. De
la misma forma se ha buscado la
transparencia en temas de presupuesto y
gasto militar, permitiendo generar las condiciones para considerar a Sudamérica
como una zona de paz y seguridad.
C.- Las amenazas transnacionales han proliferado
en la región. El terrorismo, narcotráfico y minería criminal/ilegal están presentes principalmente en el norte
del continente (Colombia, Venezuela)
mientras que otros
fenómenos como la
migración ilegal, el
tráfico y trata
de personas son comunes
en prácticamente todo
el Cono Sur.
Estas amenazas constituyen importantes desestabilizadores y
deben ser tratados
en las políticas
y lineamientos de
las organizaciones regionales y
subregionales.
D.- Es muy
importante continuar observando el
comportamiento del actual estallido socialen países fuertes como Chile y
Colombia y sus consecuencias a nivel
regional, como también el futuro de
Bolivia luego de
la renuncia del
antiguo presidente, producto
del fraude eleccionario detectado
durante el mes de octubre del presente año.