martes, 28 de agosto de 2018

Proposición de un nuevo Ciclo de Inteligencia. (Por Antonio Lupiañez)




A la vista de lo estudiado, leído y visto por la red., considero que efectivamente el denominado ciclo de inteligencia esta desfasado, se ha quedado obsoleto, ha sido superado por los nuevos retos, avances tecnológicos y por la modificación o adaptación de los elementos intervinientes generadores de inteligencia.


            Proponer un “nuevo ciclo de inteligencia” es arriesgado y sobre todo temerario, cuando por parte de los estados, las organizaciones empresariales y todos aquellos que para sus decisiones requieren de información actualizada, correcta, eficaz y pertinente, máxime cuando ellos poseyendo medios y recursos, no lo han realizado, aunque sí que hay intentos.

            Considero y por lo tanto es mi propuesta que el ciclo de inteligencia ha de basarse en una red abierta, en el que la base del mismo, evidentemente ha de haber una jerarquía, sea sobre un soporte de “Red”, en el que todos aportan información, todos la analizan, todos la solicitan, para ampliar o contrastar la que ellos manejan, y en la que todos colaboran con todos, pero todas estas interacciones, han de pasar por “digamos” un control o “filtro” de pertinencia, cada solicitud de información o cada aporte ha de ir acompañado de un “porqué?” que justifique por que se solicita o la pertinencia de su aportación.

            Esta información, y su justificación una vez “supervisada” por el responsable, que ha de ser un experto en él tema de que se trate la información en cuestión, es aportada a “la comunidad de inteligencia” de tal manera que se evitan las solicitudes reiterativas, la información inadecuada, la obsoleta, etc.

            Desde mi percepción considero que en la actualidad la necesidad de inteligencia parte de la política, militares, sociales, policiales, relaciones exteriores y económicas, toda la información que afecta a estos campos o sectores están íntimamente relacionada y por lo tanto considero que no han de estar separadas, que no deben de tener cada una de ellas una información exclusiva o no compartida, pues todas ellas tienen efectos inmediatos en la paz y la seguridad del país, en su futuro y sobre todo en su supervivencia como estado o nación, cualquier acontecimiento negativo que los afecte irremediablemente va a repercutir sobre los demás, por lo tanto no pueden permanecer ajenas unas de otras, pero tampoco unas han de tener el control sobre otras, han de complementarse mediante una colaboración sincera sin ocultar ni restringir datos, todo ello repercutirá en el beneficio muto y por tanto en el de la sociedad en la que se encuentran incluidos.

            Básicamente la estructura de las necesidades de inteligencia seria la que muestro en el siguiente gráfico, y que desarrollo a continuación.






Tenemos por una parte necesidad de “inteligencia Política” “inteligencia social”, con estas inteligencias se pretende o supone que los políticos han de tener conocimiento de lo que “se cuece en la calle”, lo que preocupa a la población en general, conforme a este conocimiento pueden plantear o proponer reformas o iniciativas legislativas, además de conocer lo que pueden opinar sus adversarios u oposición, este conocimiento resultará útil a la hora de presentar sus programas e iniciativas, de plantear soluciones a cuestiones que preocupan a la población, de tal forma que dirigen sus iniciativas hacia las demandas sociales, cubriendo las necesidades más acuciantes procurándose con ello el voto de los electores y una iniciativa y ventaja sobre el resto de partidos políticos, o bien su continuidad al mando de la política o gobierno del país.

            “Inteligencia económica” interesa conocer datos sobre la balanza comercial de las diferentes actividades empresariales, las posibilidades de internacionalización de empresas sus requisitos de implantación, competencia, ayudas o trabas burocráticas o de cualquier otra índole que sea necesaria conocer para la implantación de industrias nacionales en terceros países, sus previsiones de crecimiento y generación de activos.
            Igualmente conocer los estados financieros y solvencia de entidades bancarias con las que se mueven los capitales mediante transferencias, depósitos, letras o cualquier otro producto que pueda afectar a las inversiones de las empresas nacionales en sus programas de desarrollo y crecimiento interno o proyección internacional.

            Por otra parte, es necesario conocer de antemano como son las transferencias de productos y mercancías que se pretenden adquirir del extranjero, comparándolas con lo existente ya en el país, características, calidades, cualidades etc., e igualmente una comparativa de nuestros productos con los que tendrían que competir allí donde estos se pretenden introducir o implantar, así como la seguridad jurídica en las transacciones económicas que se realicen entre empresas.

            En cuanto a la “inteligencia de las relaciones internacionales” esta claro que es necesario saber que piensa nuestro interlocutor sobre los temas que nos interesan a nosotros, las posibilidades de apoyo o acuerdos, sus intereses coincidentes con los nuestros o no, las peticiones que podrían hacernos por mostrarnos su apoyo, etc.

            Sobre la “inteligencia policial” esta va enfocada a conocer la seguridad interior del país, las amenazas que desde su interior pueden surgir, en caso de que aparezcan, con que apoyo social contarían, que sector de la población puede estar de acuerdo con “ellos”, la prevención de actuaciones que contravenga la legalidad vigente, la seguridad de personas o bienes, la investigación de delitos, las relaciones entre organizaciones delictivas entre ellas dentro de territorio nacional y las que pudieran tener del extranjero, etc.

            E, “inteligencia militar” enfocada al conocimiento de las necesidades de medios y materiales de las FAS., así como de otros países del entorno, posibles amenazas externas que nos pudieran afectar, conocimiento del pensamiento de los miembros que las componen, etc.

            Como se puede apreciar, toda la información que afecta a estos campos, toda la inteligencia que se podría derivar de la misma, es crucial y de vital importancia poseerla, pues afecta a la seguridad e integridad del país, si la economía va mal, hay revueltas sociales por la carestía de productos o por su elevado coste, lo que conlleva a que haya pillajes, saqueos o robos, por lo que la seguridad de las personas y bienes se ve afectada por una escalada de violencia, como efecto más inmediato de ella suelen surgir represiones policiales para el restablecimiento del orden, o la caída del gobierno en cuestión, en cualquier caso afectaría a las relaciones comerciales, la credibilidad del gobierno a nivel exterior, la supresión o suspensión de tratados o acuerdos comerciales, etc., por lo que no se puede concluir que las cosas o los acontecimientos vallan por libre y que unos no se vean afectados con otros, por lo tanto cuanta mejor información se posea, se maneje, mejor o más fácilmente se tenga acceso a la misma, más rápidamente se podrán predecir el curso de los acontecimientos, y poner los medios oportunos para que las consecuencias no sean tan intensas o dañinas.

            Dicho todo esto y planteado los solicitantes o usuarios más importantes de inteligencia, y su interrelación, no podemos obviar que se ha de contar con una “comunidad de inteligencia” en la que estén integrados todos los actores intervinientes en la seguridad, estabilidad y crecimiento del país, por lo tanto, los estamentos estatales (todos), las empresas, los investigadores, el entorno académico, el de la seguridad, han de colaborar mutuamente con su conocimiento por el bien de la colectividad en la que están integrados y a la que pertenecen.

            El solicitante o usuario de inteligencia debe de tener unas bases de conocimiento a las que acudir, estas bases de conocimiento han de estar alimentadas por agentes de campo, por académicos, por empresarios, por entidades financieras, e incluso por el simple y llano ciudadano de a pie, que observa algo que le llama la atención y lo pone en conocimiento de las  autoridades que la han de comprobar, estudiar, analizar (caso de la aplicación “Alertcops” de España, que está teniendo mucho éxito con la prevención de radicalización yihadista e incluso está siendo copiada por otros servicios policiales extranjeros) y en su caso integrar en las bases de datos correspondientes, para que pueda ser útil en un determinado momento.

            Deben de existir unidades de obtención, pero para que estas unidades de obtención sepan que han de buscar y en que se han de fijar, alguien les ha de decir que es lo que necesita, porque, para que, que uso se va a hacer de la información que se obtiene, etc., sé que esto es utópico, pero desde mi opinión ha de ser así, ya que el que obtiene la información sabe a que  atenerse, donde buscarla o de que recursos tirar para su obtención, dirigiendo su trabajo a “tiro fijo” no dando palos de ciego a ver si salta la liebre.

            Una vez obtenida la información solicitada, esta pasa a la unidad de análisis y recopilación, en la que se relaciona una con otra, en la que se pone en contexto y se comprueba su idoneidad para lo que el usuario final ha solicitado, para que realmente sea útil y efectiva, y se realiza el informe correspondiente, dicho informe se sube al repertorio de datos, y con esa información se acompaña la justificación de porque es o se considera importante, que partido puede tener esa información ahora o en el futuro, pero los datos aportados en el informe de inteligencia han de ser nuevamente verificados por un especialista en la materia, que corroborada su utilidad, por su conocimiento, experiencia e incluso su intuición, la clasifica dándole un grado de valoración y utilidad.

            Esta información que ya se considera útil, que está elaborada y a la que se le ha dado un valor de credibilidad y de provecho, sería la base o la materia prima a la que han de recurrir los componentes del siguiente escalón, que serían los  expertos en su difusión, los que nuevamente la valorarían y la difundirían entre los grupos a los que les puede ser útil su conocimiento, pero antes el resumen que ellos realizan, debería de ser nuevamente comprobado, analizado, estudiado y supervisado por otro experto en el conocimiento de la materia sobre la que trate el informe, además de algún miembro ajeno, no viciado, con vista general y conocimientos amplios pero no específicos, cuyo criterio no viciado o con sesgos, puede darle una visión desde otra perspectiva, o sea un aire nuevo, un punto de vista desde otro enfoque.

            Finalmente, la inteligencia elaborada llegaría a manos del usuario final o solicitante, que vería contestadas sus preguntas iniciales, sus dudas explicadas y tendría un resumen general, pero con conocimiento certero de la situación, para tomar la decisión más acertada que convenga a la situación o circunstancias dadas.

            Toda la inteligencia elaborada estaría disponible en una base de datos, para ser consultada en posteriores ocasiones, por quien pudiera necesitar conocer o ampliar información sobre algún tema de interés concreto y como base para generar nueva inteligencia partiendo de información ya contrastada y que ha sido útil y utilizada por otros en otro momento.

            El esquema y funcionamiento de mi planteamiento sería el siguiente:

            1º.- El solicitante o usuario de inteligencia, (nº 1), tiene dos opciones, “A” recurre a la base de datos o repertorio de inteligencia (nº 2) si lo que necesita se encuentra allí, lo utiliza, si necesita ampliación, esta desfasado o no existe, se dirige solicitando lo que estime oportuno al EXPERTO ASESOR COORDINADOR (Nº 2 bis), integrado dentro del ciclo de elaboración, (letra “A”), O la opción “B”, obviar lo anterior y recurrir directamente al “experto asesor coordinador”

            CICLO DE ELEBORACIÓN:

            2º.- El experto asesor coordinador, comprueba en la base de datos  o repertorio de inteligencia (nº 2) si lo que le han solicitado existe, y la validez que pudiera haber en el mismo, si necesita ser actualizado, o por el contrario si no existe, entonces selecciona la unidad de análisis que corresponda por el tipo de solicitud, medios técnicos necesarios para la inteligencia solicitada y la envía a la correspondiente UNIDAD DE ANALISIS, (“B” “B1” “B2” etc.).

            3º.- Las unidades de análisis, una vez recibida por parte del experto asesor coordinador, una solicitud de información, inteligencia se dirigen a la base repertorio de inteligencia, y comprueban nuevamente lo que hay sobre la materia, la validez actualización de la misma, sus posibilidades de uso para lo solicitado por el asesor, en caso de que desde su opinión lo que encuentren en el “repertorio de inteligencia”” consideren que es útil, realizaran un informe al asesor, en el que le indicaran donde se encuentra en el repertorio de inteligencia” lo que ha pedido, explicando el porqué consideran que lo encontrado es útil y valido. En caso de no hallar nada valido, o que este desfasado, harán una orden de trabajo a la correspondiente UNIDAD DE OBTENCIÓN (A,B,C,etc.).

            CICLO DE OBTENCIÓN:

        4º.- Las unidades de obtención, una vez recibida la orden de la unidad de análisis, sobre la realización de un trabajo de obtención de información, comprueban en el “repertorio de información” lo que hay sobre el tema, su validez y utilización, como “base de conocimiento inicial”, en caso de que haya algo, su trabajo parte de esa base, en caso de no haber nada, comienzan el trabajo de campo sobre el “objetivo”.

            Una vez recabada información suficiente y datos los pasan a la unidad solicitante (análisis), quien como integrante del CICLO DE ELEBORACIÓN, trabaja, selecciona y da forma a un informe, con sus conclusiones y datos, que elevará al “experto asesor coordinador” quien ampliará el informe con sus propios datos, conocimiento o experiencia, y lo subirá al “repertorio de inteligencia” poniéndolo a disposición del solicitante y resto de usuarios autorizados para su consulta.

 Trabajo elaborado por el Alumno del Curso de Analista de Inteligencia II del SCUS 
D. Antonio Lupiañez