En éste momento en Afganistán está ocurriendo lo que ya se preveía que iba a ocurrir, la salida del Ejército americano ha propiciado el alzamiento Talibán con la intención de reconquistar el país y restaurar su Credo/ ideario político en toda su geografía.
En el pasado, tras la salida de las tropas Soviéticas en 1989, se desencadenó una cruenta guerra civil con dominio Talibán que perduró hasta la entrada de tropas americanas en 2001, en ese período el país estuvo sumido en un conflicto constante que dejo un millón y medio de Afganos muertos y más de cinco millones de desplazados. En esta ocasión y sin la intervención de la comunidad internacional, la historia, podría volver a repetirse.
Ahora mismo, el país está colapsado, el régimen Talibán parece haber reconquistado la capital y los occidentales intentan desesperadamente salir por cualquier medio entre el caos reinante y los miles de afganos que pretenden huir del terror.
La situación es muy complicada para el personal diplomático, como también lo es para muchos de los colaboradores, traductores y guías locales, que han servido al ejercito americano y a la comunidad internacional y que se encuentran junto con sus familias, literalmente, a los pies de los caballos.
Como consecuencia directa de está situación Al Qaeda ha celebrado efusivamente en redes sociales la restauración Talibán en Afganistán y aboga por unas buenas relaciones como las que fomentaron en el pasado, por otro lado Daesh ha incrementado sus acciones en Irak y Siria con la colocación de explosivos en pozos petrolíferos y el derribo de un avión respectivamente.
Estoy seguro de que Occidente habrá realizado un estudio prospectivo, anticipándose a posibles situaciones, porque es muy previsible que con esta subida de adrenalina terrorista puedan intentar atentar en Occidente a corto plazo para demostrar su euforia, como ya ha ocurrido en otras ocasiones; hoy mismo en Barcelona hemos tenido un susto.
No bajemos la Guardia porque según parece, se ha abierto la Caja de Pandora.